t: citas

Cita #09: Ιθάκη

10:45
Cuando te encuentres de camino a Ítaca,
desea que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al enojado Poseidón no temas,
tales en tu camino nunca encontrarás,
si mantienes tu pensamiento elevado, y selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo tienta.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al fiero Poseidón no encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los coloca ante ti.

Desea que sea largo el camino.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que con qué alegría, con qué gozo
arribes a puertos nunca antes vistos,
deténte en los emporios fenicios,
y adquiere mercancías preciosas,
nácares y corales, ámbar y ébano,
y perfumes sensuales de todo tipo,
cuántos más perfumes sensuales puedas,
ve a ciudades de Egipto, a muchas,
aprende y aprende de los instruidos.

Ten siempre en tu mente a Ítaca.
La llegada allí es tu destino.
Pero no apresures tu viaje en absoluto.
Mejor que dure muchos años,
y ya anciano recales en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que te dé riquezas Ítaca.

Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene más que darte.

Y si pobre la encuentras, Ítaca no te engañó.
Así sabio como te hiciste, con tanta experiencia,
comprenderás ya qué significan las Ítacas.

Constantino Kavafis
g: incesto

[Cuento] Entre caníbales

19:16
Muerde, chupa. Sangra.

Habían esperado tanto por este encuentro. Por saber cómo sería tocar la piel del otro, por moverse juntos al mismo compás y sentir el sudor pegándose en sus cuerpos mientras se mezclaba entre ambos.

Lo habían deseado con tal intensidad, que difícilmente había algo que pudiera detenerlos justo ahora.

Come, bebe. Duele.

La simple noción de tener el cuerpo de su prima desnudo sobre el propio hacía que se excitara hasta perder el control. Más aun, era la pelea por el control. Ninguno lo cedería, sería ir en contra de su naturaleza.

Jadea, suspira. Mata.

Estar con él era diferente. Todos se rendían de inmediato, él no. Todos se sometían a su fuerza y sensualidad, él la provocaba más. El resto se intimidaba con su mirada de tormenta, él le sonreía mientras enfrentaba sus ojos. Era estrellarse con un espejo.

Siente, mira. Muere.

¿Sexo? Deseos de destruir y probar.

¿Satisfacción? Todas las quejas, mordidas y golpes; cada gota de sangre era una pequeña victoria.

Un juego de poder.

Juega, hiere. Envenena.

Uno contra uno, una lucha entre iguales.

Imposible doblegar a alguno. Orgullosos y altaneros, ninguno flaquearía. Su relación siempre sería igual. Destructiva hasta el fin. Dependiente aunque el otro no estuviera cerca. Enfermiza por definición.

Una eternidad...
Smoke 1

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