El tono de su voz te estremeció, su respuesta fue una sacudida para la que no estabas preparada. El vidente había tenido razón y la profecía comenzaba a cumplirse. No había ningún error, serías la elegida, el nuevo personaje adorado y venerado. Diluida en tu propia leyenda, cada acción por mala o buena que fuera se convertiría en parte de tu mito y no había nada para evitarlo. Debías desaparecer para que la leyenda pudiera nacer.
Este relato participa en la iniciativa 5 líneas de enero
¡Feliz año a todos!